El concepto de Espiritualidad hiere sensibilidades, choca frontalmente con lo que se nos ha enseñado, que la verdad solo puede provenir de una percepción de la realidad exclusivamente científica. Sin embargo, en ocasiones los problemas de comunicación entre las personas son solo semánticos, cuando cambiamos los términos de Espiritualidad por procesos de Auto-Conocimiento las barreras deberían caer por si solas, porque ni si quiera la mente más ilustradamente dogmática puede negar la necesidad de estos procesos personales.
Pienso que la acumulación de conocimientos académicos programados no pueden ser un fin en si mismos, solo uno de los pasos indispensables, una herramienta básica, junto con la propia experiencia vital para lo que debe ser el objetivo último, el pleno conocimiento personal y su evolución.
Creo que el ciclo general de cognición y acción es el siguiente: Conocimiento (o desconocimiento) personal – Sentimiento inconsciente – Sentimiento consciente – Pensamiento – Acción – Consecuencias – Pensamiento – Sentimiento consciente – Sentimiento inconsciente – Conocimiento personal (o desconocimiento). Es importante tomar conciencia y desarrollar nuestro conocimiento personal para conseguir que todo el ciclo se alimente de sentimientos inconscientes positivos.
El Amor-Felicidad y la Evolución-Conocimiento son los objetivos últimos de la vida humana. Nosotros generamos la realidad que nos rodea, entre otras cosas, porque es nuestra actitud ante nuestros sentimientos, acciones y consecuencias las que crean nuestro punto de vista y respuestas.
Y es una elección personal el que nuestros sentimientos sean positivos o negativos, y por lo tanto, nuestra realidad.
La otra virtud paralela de cualquier proceso responsable de Auto-Conocimiento es el abandono simultaneo de nuestro avatar social, el personaje teatral-social de ego creado y alimentado por nosotr@s mism@s, este rol empieza a crearse en nuestra infancia y juventud como respuesta de autodefensa a la programación familiar, académica, social e institucional que se nos impone al inicio de nuestra toma de consciencia. Si atendemos a la rueda de cognición-acción anteriormente mencionada, este mecanismo, que puede ser útil en un principio como proceso de adaptación, se desarrolla para interactuar en una sociedad que defiende, difunde y educa en valores tan negativos, como la no interrelación de sus miembros, competitividad, materialismo, consumismo, apariencias, violencia, etc. En muchas ocasiones este ego creado inconscientemente para este tipo de sociedad pasa a ser guía de nuestros sentimientos, alejándonos cada vez más de nuestra esencia básica de bondad y Amor, y haciendo que estas carencias artificiales puedan llegar a transformarse en nuestro interior en ignorancia, miedo e ira; haciéndonos creadores de pensamientos, acciones y consecuencias negativas en nuestro día a día.
El proceso Espiritual o de Auto-Conocimiento no es la suma de datos o estímulos externos, tampoco la elección de un maestro o un Dios, es la capacidad de un@ mism@ de retirar sus capas de programación y ego adquiridas para finalmente volverse a encontrar con su Ser original, y ser consecuente con el, esta vez conscientemente.
Caminant del Cel
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